¡Ay, «el curso que ha comenzado» y lo que se avecina!

Grandes cambios se ciernen sobre mi cabeza y «amenazan» mi futuro. El tiempo, el tiempo, el tiempo…

Esto tan importante, el tiempo, lo echaré de menos. Pero, ¿qué tiempo añoraré?

Voy a añorar con toda seguridad el tiempo para mí. El tiempo personal es que el que he invertido en esta bitácora, el que invierto en mis amistades, el que invierto en cuidarme, leer, escuhar músisa e investigar nuevos gustos culturales.

¿Y todo ese tiempo que se esfuma así tan de repente?, os preguntaréis.

La respuesta es bien sencilla: mis tardes, hasta ahora más bien libres, he de emplearles por obligación y por propio deseo en algún caso a mi formación y a otros asuntos relacionados con mi trabajo.

Y hay otra novedad (el ¡por fin!): vuelvo a ser amo de casa, es decir, vuelvo a tener hogar propio, con todo lo que ello implica. En principio, crear hogar (limpiar, pintar, reformar algo, decorar, ordenar…) y después mantenerlo.  Todo ello me llevará su consiguiente tiempo. el primero, de creación, más entretenido; el segundo, como bien sabéis, más habitual y, por tanto, tedioso o aburrido.

Y estos son mis cambios con respecto a mi tiempo o mis tiempos. Perderé parte de mi vida actual, sobre todo hasta enero, y será evidente -me temo- en la actualización de este proyecto y en tantas otras facetas de mi vida actual (ocio, diversión y cultura).

Un abrazo, y deseadme suerte, bichejos.